Aula de Literatura

Grande, con casi 40 puestos...

[Nueva Escena]

Todos los alumnos se habian ido, Rebecca estaba sentada tras su escritorio esperando por Arthur, a quien habia mandado a llamar con bastante urgencia.

Su cabello negro, iba suelto, su rostro perfectamente maquillado, hermosamente joven, sus curvas marcadas en aquel conjunto que intentaba pasar por serio... Se recosto del respaldo de la silla y suspiro, odiaba que la hicieran esperar... pero se lo haria pagar con creces, todos los alumnos sabian por que les citaba despues de clases.

Arthur llegó al aula deprisa, sus compañeros le habían gastado una broma muy graciosa al colgarle la mochila en lo alto de un árbol. Para su desgracia, escaló con agilidad hasta la copa y la recogió, antes de que ninguno de ellos le diera tiempo a reírse lo suficiente. Una vez hubo llegado, con la respiración agitada, golpeó nervioso la puerta tres veces, y se arregló ligeramente el uniforme. Quedaba claro que una charla asi solo podría significar que su beca corría peligro por el último examen que hicieron, y si asi fuese... Arthur estaba perdido, muchos favores sexuales tendría que pagarle a la directora para saldar ese gran fallo.

-¿Se puede?-.Preguntó Arthur entreabriendo la puerta y asomando la cabeza. Al ver a su profesora tan arreglada, se sorprendió, debía tener una cita después para acentuar tanto sus rasgos físicos como lo hacía.

-Oh, si, pasa...- Dijo Rebecca, sonriendo.

Una vez dentro, le miro y dijo:

-estas acalorado, chico, que te sucede?- Alzo una ceja, con picardia, y le dirigio una mirada directa, era obvio entre los alumnos aquello, esperaba no tener que explicar de mas...

-¡Oh! Nada profesora... Olvidé mi cartera en el otro lado de la academia y tuve que ir corriendo a recogerla a mitad del camino...-.Mintió Arthur tomando una silla y sentándose enfrente del escritorio de la profesora desde donde podría ver a toda la clase. Arthur tragó saliva, y miró a sus ojos, le recordaban a algo, pero su cabeza no llegaba a atar los cabos completamente.

-Bueno... Sé que me ha hecho llamar... Es por las notas... ¿Verdad? Mire, le juro que me estoy esforzando...-.Explicó mientras miraba al suelo, tremendamente asustado. No quería suspender aquella asignatura, si lo hacía estaba acabado, caput, finito... Nada más.

Ella rio un poco y su boligrafo cayo por debajo del escritorio...

-OH! que tonta soy- Dijo ella, finguiendo inocencia... Gateo por debajo del escritorio hasta toparse con las piernas de Arthur y entonces alzo la mirada con picardia... y sonrio de lado- Vaya, tal vez no deberia ser tan despitado, Arthur...-

Arthur no pudo evitar sonrojarse al verla tan cerca de su miembro. Aquella posición tan sugerente hacía que se remarcase perfectamente su escote, y diese la sensación de que de un momento a otro fuese a bajarle la bragueta y hacerle una felación. Quería cerrarlas, pero no podía, le podría dar un rodillazo y eso si que le restaría bastantes puntos en la evaluación final.

-Y-ya profesora... N-no debería ser tan despistado.-.Repitió entrecortadamente, repiqueteando con sus dedos de manera nerviosa en su muslo derecho, rozando la rodilla.

-Vaya, Arthur...- Comenzo ella, acercandose un poco mas a el, notando como poco a poco se iba remarcando mas su miembro contra su pantalon- Parece que hay alguien incomodo por aca... ¿Quien sera?- Canturreo ella, alzo un poco su mano y miro a Arthur con malicia- Veamos, voy a hacer un examen extra, ¿Te parece?- Comenzo a tocar el miembro de Arthur por encima de su pantalon, adoptando una posicion que hacia mas obvio su escote...- A puesto a que mueres por que lo saque de aqui...-

-P-profesora... N-no me p-p-parece lo m-más c-c-correcto...-.Mintió Arthur una vez más. Claro que deseaba que lo sacase, que lo sacase, lo introdujese entre sus labios perfectamente delineados y le hiciese gozar hasta que perdiese la vista, claro que quería ponerla contra la pared y penetrarla con todas sus fuerzas... Pero aun asi, ella era mayor que él, y obviamente, el ser su profesora no le ayudaba en absoluto a eso. No obstante, al ser una "calificación extra", podría darle la oportunidad de dejar de verse con la directora, y, en cualquiera de los casos, debía elegir si prefería hacerlo con su profesora una vez, o con su directora diez veces.

-Tontito, se que te parece bien...-

Rebecca libero al prisionero de la bragueta con delicadeza... y comenzo a mecer su mano...

-¿Ves? Sabia que era lo que querias...-

Primero lentamente... y luego aumentando gradualmente... Hasta que finalmente... abrio la boca, moviendo sus hermosos labios, y se lo metio en la boca, podia notar como Arthur disfrutaba aquello, era como un niña con un dulce o algo por el estilo... Su lengua era mortal.

Arthur no podía evitar gemir de placer, lo hacía tan maravillosamente que le era imposible mantenerse muy callado. Gracias a Dios, todas las aulas del lugar estaban vacías, y todos los chicos estaban, o bien haciendo actividades extraescolares, o bien pasando un buen rato libre, disfrutando del aire fresco de fuera. Notaba como mecía su mano arriba y abajo, abarcando todo su miembro, y finalmente lo introdujo en su boca. A él le encantaba como mecía sus labios suaves a lo largo de su pene erecto, y como relamía con su lengua la glande. Era una "profesional", sabía lo que hacía, que le excitaba y que no.

Rebecca dejo de lamer el miembro de Arthur para sacarse la blusa y dejar al descubierto unos pechos bastante grandes, y estaba segura de que Arthur no habia visto unos asi... Bajo su mano por debajo de la falda y comenzo a tocarse sin pudor alguno... gimio un poco, entonces, miro a Arthur, se acerco a su oido y susurro.

-Tomame, Arthur... Aprueba tu examen-

Arthur ni si quiera lo dudó, la levantó por la cintura y la apoyó sobre el escritorio, boca arriba. A ella quería hacérselo viéndola gemir de placer, no como a la directora. Incluso abusando de él, ella tenía el tacto y la delicadeza de hacerlo seduciéndole, y eso no tenía precio. La directora solo usó un burdo chantaje para atraerle hasta sus redes, no se tomó el tiempo de hacerle querer penetrarla. Bajó la ropa interior de su profesora con una mano y la dejó colgando de su tobillo, al tiempo que acariciaba uno de sus enormes pechos con su mano. Su miembro tambien parecía alegrar la vista de su profesora al estar en su máximo exponente, al medir tanto sabía que la llenaria, y más con lo "prieta" que parecía.

Dió una pequeña embestida y notó como rozó el fondo de su vagina, al tiempo que un gemido salía de sus labios. Arthur continuó aumentando gradualmente la marcha, golpeando con sus rodillas el escritorio y mezclándose asi el sonido de sus gemidos con el del golpeteo contra el mueble.

Rebecca enredo sus piernas alrededor de la cintura de Arthur y gimio con fuerza, clavo sus uñas en la espalda del chico con suavidad, sentia arder de deseos, podia sentir cada embestida, como si fueran fosforos que la encendieran...

Cerro sus ojos mientras los gemidos eran cada vez mas y mas sonoros, le gustaba mucho aquello... era mejor de lo que esperaba, incluso mejor de lo que le habia comentado Caroline, era deseo puro. Sus mejillas se encendieron, tenso un poco mas las piernas alrededor de el.

Arthur posó las manos en el escritorio, y cuando lo hizo el ritmo aumentó, ya casi era una locura. Cada embestida era aun más fuerte y rapida que la anterior, mantenía un ritmo que los iba a volver locos, y notaba como alrededor de su cintura sus piernas le agarraban con más y más fuerza, como si le estuviese pidiendo que continuase penetrándola más y más hondo. Sabía que le estaba gustando, que le gustaba y mucho, por como gemía y por como pedía más, además sabía que él mismo estaba dotado y muy bien dotado. Si con Caroline, la directora, había tenido un momento muy "lujurioso" sin apenas haber hecho esfuerzos, con Rebecca la haría estallar en gritos de placer. Acercó su mano izquierda a su clítoris y comenzó a estimularlo acariciándolo al mismo ritmo que las penetraciones, e incluso algo más rápido que ellas. Tenía como meta volverla loca, no había marcha atrás, quería hacerlo asi, era su voluntad.

La respiracion de Rebecca estaba muy agitada, sentia los musculos de su cuerpo contraerse. Iba a volverla loca, ya no gemia, ahora gritaba, pedia a gritos mas... rogaba por mas, llevo sus manos hasta sus pechos para acariciarlos, y su espalda se curvaba de placer, jamas creyo sentir algo en su vida...

-Oh dios mio, Arthur...- Gimio- Eres mejor de lo que creia...-

A este paso llegaria a un potetente orgamos en cualquier momento... eso queria, queria placer, pues lo habia encontrado.

Arthur no abrió la boca, simplemente la penetró con más violencia mientras acariciaba sus senos. Se derretía bajo sus manos, sabía que ahora estaba tan excitada que si paraba le daría el mundo entero solo por continuar, y sobre todo que su calificación final sería increible. Además eran tan bella que apenas le importaba si después no le daba nada... Lo único que lamentaba era que los rumores sobre sus reuniones con alumnos eran ciertos, y que él no era el primero ni el último, solo un eslabón en la larga cadena de "tardes locas".

Rebecca solto un gemido que le salio desde lo mas profundo de su alma y en ese momento, todo su cuerpo de paralizo, mientras alcanzaba el climax practicamente dejo de escuchar.. solo sentia... jamas se habia venido de esta forma... esperaba de por dios que Arthur no tardara demasiado... clavo sus uñas en la espalda del chico con fuerza, y hundio su cabeza en el pecho de este... rogando que acabara.

Lamentablemente a Arthur le quedaba cuerda para rato. Se centró tanto en sus pensamientos que apenas había estado "ahi abajo" con los mortales. Casi se podría decir que era como si en todo aquel rato el no hubiese estado ahi. Seguía penetrándola, y notaba como ella ya gritaba con dejadez, dando a entender que aquellos instantes eran horribles para ella. Arthur sacó su pene de su vagina y se sentó en la silla, estando éste en plenas condiciones para repetir otra vez aquella sensación.

-Vaya...- Dijo Rebecca mirandole- Creo que, realmente aguantas mas...- Sonrio con picardia y se acerco hasta el, se coloco, como pudo a horcajadas sobre el, sin embargo, solo rozo su sexo con el miembro de el, mientras sus labios por primera vez, buscaron los de el... los beso despacio, insitandole a mas, buscando formas distintas, eran maquinas, practicamente.

Arthur correspondió ese beso mientras notaba el tacto del sexo de su profesora con su miembro. Lo hacía despacio, como si solo quisiera estimularle, para un último "revolcón". Sabía que probablemente renunciase a varias citas con otros alumnos, pues seguramente ellos la trataban como un mero objeto sexual, y ni si quiera le daban una porción del placer que Arthur si lograba darle. Casi estaba seguro de que ninguno de los cientos de alumnos que ya habían pasado por ahi lograsen hacerla llegar al orgasmo.

Rebecca finalmente se introdujo el miembro de Arthur de nuevo, gimiendo en su oido, como para que esto le excitara mas, comenzo a moverse lentamente... gimiendo un poco... mientras sentia la mas nos de el chico sobre su cintura, aquello era casi un milagro, ¿porque no lo descubrio antes?

Arthur buscó a tientas los labios de la profesora para besarla otra vez. Le encantaba, le volvía loco, era su profesora favorita, tanto por su físico como por su intelecto. Sabía dar unas clases perfectas, y tambien le hacía imaginar cosas pervertidas cuando se agachaba a recoger cosas que alumnos tiraban a tientas para verle el escote o el trasero. Tener sexo con ella era algo solo imaginado, no pensó que se haría real, y por eso daba lo mejor de él. Notaba como movía sus caderas, intentando hacerle llegar al clímax, pero no lo lograría, quería que su profesora se ahogase entre gritos de placer y rogase por que parase... Lo haría tarde o temprano.

Rebecca no tardo en volver a tener un orgasmo, daba gritos de placer que le comenzaron a resultar demasiado vergonzosos, sus cuerpos estaban demasiado sudados, calientes, pero ella ya no podia, más... sentia que ya no podia mas.

-Oh dios, Arthur, haz algo...- Suplico ella, en el odio del chico, mientras deslizaba sus besos por el cuello y enredaba sus dedos en el cabello del chico...-Haz algo...-

Arthur sonreía, era exactamente lo que quería. Ya no podía más, estaba tan exhausta que cada gemido que propinaba, más que un gemido parecía un grito de agonía desesperado. Movía sus caderas a duras penas, y casi ni podía hacerlo, dependía más de Arthur que de ella que continuasen. Arthur la bajó de inmediato, ya había cumplido lo que quería, el resto solo era torturarla por torturarla.

-Me he ganado una nota alta... ¿No cree?-.Susurró con su miembro erecto en alto, casi como si fuese una advertencia de que si decía que no, iba a continuar hasta la saciedad.