Habitación de Arthur.

[Nueva escena]

Arthur la llevó al dormitorio donde él y su compañero habitualmente dormían. Todo estaba algo desordenado, y ello le avergonzó mucho al dejar pasar a Rachel. Ambos estaban cubiertos por una pequeña fiesta en la habitación de Dominique, un hijo de un gran empresario Francés, al cargo de una compañía sumamente importante. Había recibido una serie de cosas exclusivas, y todo el edificio había ido a su cuarto a "probarlo", incluso algunas mujeres deseosas de recibir tambien lo mismo, y algun que otro revolcón.

-B-bueno... Esta es mi habitación...-.Dijo él enseñándola mientras se rascaba nervioso la coronilla. La opinión de Rachel siempre le importaba, y aquella pocilga no propiciaria ninguna crítica positiva.

-A mi me agrada- Dijo ella, sonriendo, de acuerdo, estaba nerviosa, queria tener algo con el, pero la verdad, jamas habia estado en una habitacion sola con un chico, sonrio un poco nerviosa, y miro a Arthur, como queriendo hacerle saber eso.

Arthur sonrió y la abrazó con delicadeza, degustando el olor de su pelo que siempre le devolvía la pasión por la vida. Su dulce aroma, su carácter afable... Todo le hacía aumentar las ganas de vivir ya perdidas. Incluso en el poco tiempo que llevaban saliendo, Arthur había mejorado notoriamente, tanto en notas como en físico. Ya no tenía un aspecto tan dejado y parecía más feliz que nunca. Sabía que Rachel debía estar nerviosa, pero le agradecía tanto aquel detalle, que solo podía darle un abrazo como muestra de su amor.

-Rachel... Te quiero... Gracias por todo...-.Dijo en un debil murmullo sin soltarla. Estaba demasiado encariñado con ella como para poder decir otra cosa. Tras la intimidad de aquellas paredes, Arthur podía expresarse sin temor, todo le parecía menos dañino y menos desconocido.

-No tienes que agradecerme nada- Dijo ella, sonriendo, mientras se abrazaba a el- Para eso estoy aqui... te quiero, Arthur, y nunca dudes en decirme algo que te inquiete...- Le susurro ella.

Arthur, aun abrazado a ella, dió un par de pasos hacia atrás y se tumbó en la cama, llevándola a ella en el trayecto. Estaba cansado, pero no quería dormir, solo quería estar con Rachel. Volvió a unir sus labios, devolviéndoles al instante romántico justo antes de marcharse del cine, donde solo sus besos expresaban algo, no se veían forzados a pensar en directoras maliciosas y pequeños problemas, solo amor.

Rachel despeino el cabello de Arthur mientras lo besaba... estaba comoda ahi, con el encima, sobre su cama, como si nada importara... Luego de besarlo unos instantes mas Rachel pregunto:

-¿L-Lo haremos?- Entre deseosa y nerviosa.

-S-sí... Es decir, si tu quieres...-.Respondió algo abochornado por aquella proposición. Con las profesoras era algo casi mecánico, no las amaba ni le daba vergüenza quedar bien o mal, pero con Rachel era un punto y aparte. Para él, ella era su delicada flor, y no quería tener sexo con ella, él deseaba hacer el amor... Quería besos delicados, caricias suaves y en definitiva, amor. Era algo que le encantaba, porque de aquella manera, sin ordenes, era algo maravilloso. Simplemente demostrar su amor, no era algo premeditado, ni era algo hecho por capricho de ella, era un deseo de los dos, y siempre le sorprendía ver como lo mismo desde distintos puntos de vista cambiaba radicalmente.

-Si, claro que quiero- Dijo ella, con firmeza, sonriendo un poco nerviosa. Le dio un delicado beso en los labios a Arthur y le puso sus manos sobre los botones de la blusa, para que la desabotonara, mientras ella le seguia besando.